domingo, 26 de marzo de 2017

PIRÁMIDE DE MELONES


En el mismo momento de nuestro nacimiento empezamos a aprender de nuestros mayores. Lo primero que aprendemos es el sentimiento del amor. Los días siguientes el aprendizaje se hace a una velocidad vertiginosa, pero hay “algo” que no nos enseñan.
T cuento.

Siempre me ha parecido un lujo sentarme con personas mucho más mayores que yo. Cuando digo mayores me refiero a las que denominamos la tercera edad. He pasado mucho tiempo entre estas personas y cuando digo que es un lujo es que lo es. He reído mucho con ellos, me acuerdo de personas cercanas que me contaban historias de su infancia, adolescencia, de sus vivencias que te hacen reflexionar profundamente. Sentados en unas sillas bajas delante de un tronco y con una piedra plana les ayudabas a partir olivas y a romper la cáscara de las almendras. Yo alucinaba viendo como apilaban en la esquina de un almacén, los melones de la cosecha, en forma de pirámide sin que cayera ninguno, para conservarlos mas allá de la temporada, sin necesidad de cámaras frigoríficas, todo de forma natural.
Y yo le preguntaba:
-       ¿esto va a aguantar?
-       pues si hija, eso aguanta, me como un melón al día.
-       ¿ cuando coges uno de la pila, los otros no se caen?
-       No, ya lo verás.
-       ¿ y como sabes cual está bueno para comer hoy ?
-       por el color, el olor, el sonido al golpearlo y la experiencia.
-       ¿y si el que tienes que comer está detrás?
-        pues como no lo veo, no pasa nada - y se reía.
La explicación me la dio después de reírse mucho y es que los que colocaba detrás eran los que tenían que madurar.
Saqué en conclusión que la vida era igual que la pirámide de los melones, lo que no puedes hacer hoy es porque no tienes la madurez y hay que esperar el mañana.
Hubo un tiempo que regentaba una tienda de lencería y mercería. Pasaron por  mi tienda muchas personas de edad muy avanzada. Sus labores daban gloria de ver, y mientras elegían tal o cual hilo para coser o hacer punto de cruz charlábamos de todo.  No siempre hablaban de sus dolores, como dicen algunos, también nos reíamos y de vez en cuando si que es verdad que se les empañaban los ojos de lágrimas. Pero sus vivencias, que sean buenas o malas, sabiendo escuchar aprendes mucho de la vida.
¡¡¡Y cómo no voy a recordar a mis padres!!! Con los días que pasaba escuchando tantas y tantas anécdotas que me contaban y que me han servido para aprender a vivir luchando en momentos difíciles o simplemente disfrutar de la vida con fe. Aprendí mucho de los dos y les doy las gracias.
Pero nadie te enseña “algo”.
Es tremendo cuanto te haces mayor ( DE LA TERCERA EDAD) y descubres que nadie te ha enseñado ese algo que cada día que pasa te deja más y más pensativa porque ya no sabes como actuar o hablar. Os doy un ejemplo,¿ que habéis pensado de las personas mayores cuando las veis reírse a carcajadas o cuando veis que se van a bailar? ¿ que habéis pensado, cuando los veis coger un autobús para pasar el día fuera? ¿o cuando se ponen en bikini y pasean sus cuerpos serranos en la playa e incluso se quitan la parte de arriba? Reaccionáis delante de los demás diciendo " ¡¡Qué bien se lo pasan !!". Pero no seamos hipócritas  cuando os creéis que no os escuchamos, oímos " están como una chota " y si no, vuestra cara lo dice todo. Hasta nuestros hijos lo piensan.
Y esto es lo que no nos han enseñado, que una persona ( DE LA TERCERA EDAD) TIENEN UN CUERPO VIEJO ATRAPADA EN UNA MENTE JOVEN.
Es triste descubrir que la juventud se ríe de nosotros, cuando en nuestro interior seguimos sintiéndonos igual de jóvenes.
¿qué os pasa ?
Poco a poco estoy aprendiendo a vivir sin importarme lo que digan de esa persona mayor que soy. ¡¡Poco a poco me va dando igual!!
¡¡Pero ya podían habernos avisado nuestros mayores !!


4 comentarios:

  1. ME HA GUSTADO MUCHISIMO SIGUE POR ESE CAMINO QUE LOS QUE SOMOS DE ESA EDAD NOS AGRADA MUCHO Y NOS HACE RECORAR.
    Adelante ANI.

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  2. Annie me gusta mucho tu escrito, pues es verdad lo que dices el final no no lo enseñan. Un saludo

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